carta de un colega

Aproximadamente 800 personas murieron en Chile por el terremoto
Aproximadamente 1000 personas mueren por año en Argentina por el Mal de Chagas, más los miles de niños poliparasitados y desnutridos crónicos.

Aproximadamente 15000 personas perdieron su trabajo en Chile por el terremoto.
Cuántos sin trabajo en Argentina?

Hay familias que perdieron todo por el terremoto en Chile.
Muchísimas más familias en Argentina ya no tienen qué cosa perder.

Chile fue afectado por un terremoto de casi 9 grados en la escala de Richter, que duró unos 3 minutos y medio, más las réplicas y el tsunami.
Argentina es ...
afectada por un terremoto crónico, imperceptible para el señor Richter pero de unos 200 años de duración. Es el temblor producido por la marcha de las Vinchucas en techos y paredes de los ranchos, y por el peregrinar de los parásitos en el tubo digestivo de los que no tienen agua potable en kilómetros a la redonda.

Reconstruír Chile estiman que costará unos 30.000 millones de dólares
Frenar o aliviar el terremoto crónico que afecta a Argentina requiere educación, agua potable y alisar techos y paredes de los ranchos, ¿cuánto puede costar?

Por el terremoto agudo de Chile, se juntaron 60 toneladas de donaciones en un festival de unas horas de duración, lo que demuestra la solidaridad de los argentinos para con los hermanos chilenos.
Por el terremoto crónico de Argentina, cuesta creer que a pocos les interese ayudar, o que los gobiernos no puedan invertir en caños y cal.

¿Es que acaso se necesita que el terremoto crónico sea tapa de diarios? ¿y por qué no puede serlo? Es similar a lo que ocurre con los “supuestos” accidentes de tránsito: mientras que la caída de un Jumbo es tapa durante varios días, en cifras las víctimas en “accidentes viales” en Argentina es equivalente a la caída de un Jumbo cada 40 días, pero como es crónico, ya no nos asombra, ya no es tapa, ya estamos habituados…

¿Chagas? ¿qué es eso?
¿Parásitos? ¿qué son?
¿Desnutrición crónica? Nunca la vi… ¿hay?
¿Terremoto? Si… qué tragedia!

El Terremoto chileno fue y es una tragedia, y sus réplicas durarán más todavía que las réplicas mismas. Lamento muchísimo lo que les sucedió, tanto a los chilenos como a los paupérrimos haitianos.
El Terremoto argentino es una réplica constante que sigue destruyendo, en cuentagotas, y al que no queremos mirar y que nadie nos quiere mostrar.

Soy médico de niños. Viajar a Haití o a Chile a ayudar me hubiera gustado, pero por cosas del destino, me llamó más viajar a Santiago del Estero con la Fundación Pilotos Solidarios, para hacer Acción Médica Directa en comunidades del monte de esa provincia, adónde los médicos por una razón o por otra que no viene al caso ahora analizar, generalmente no van. En un descanso una de las médicas de Santiago del Estero, sentada a mi lado, en un instante se sobresaltó y dijo “sienten el temblor?, hubo un temblor!” Yo no lo sentí, ni nadie de los que estaba con nosotros… pero su sensibilidad, creo que social, hizo que ella lo percibiera. Unos días después, mientras escribo estas líneas le doy la razón, ¿será el terremoto crónico?
¿Necesita esa gente que ocurra verdaderamente un temblor por movimiento de placas tectónicas para que alguien se acuerde de ellos? Si ocurriera… casi casi sería un milagro, porque ahí sí serían tapa de diarios, y se organizarían festivales y donaciones…¿qué les podrán donar? No, no es eso lo que se tiene que juntar, lo que necesitan es simple: educación, un caño que les lleve agua potable, cal para alisar sus techos y paredes, y presencia, para que no se sientan tan solos.

Lo agudo como lo crónico, si destruye, si condena al sufrimiento, al dolor, a la pérdida irreparable, a la desazón y a la desesperanza, nos tiene que despertar, que cachetear y obligar a actuar. Si no es así, si nos encerramos sólo en lo que nos muestran, no tenemos futuro.

Al regresar del monte, todavía en Santiago, y con la sensación de haber aportado un granito de arena, y sólo eso, en dos comunidades distantes a 150 km de la capital provincial afectadas por el crónico e incansable terremoto argentino, entramos a un hipermercado, lleno de carteles que decían: “Ayudemos a Chile”.

Sergio Snieg