Escribe Silvana Jáureg
La dicha que falta
Una palabra, Mujer, una historia para completar, desde todos los confines, justamente un ser, y un sujeto que se plantó y definió ese camino, trazado por la Modernidad que habló de un único Sujeto, para convertirla en objeto, porque la definición era “Genio, Hombre, Dueño y Conocimiento”. Y ahí quedaron sus designios, una mujer para procrear, para cuidar lo doméstico, para la oscuridad, para ser “el otro”, para secundar, para abordar sólo lo pequeño, con un limitado acceso a la educación y casi ninguna participación en lo político o en lo económico y mucho menos dentro del campo de lo artístico.
El Matrimonio Arnolfini
Como objeto, ¡sólo mandatos! Historias relevantes tejieron infortunios, ocultamientos y enredos, es en este sentido que representaciones femeninas son expuestas en los mejores museos del mundo, como el “Busto de la Reina Nefertiti” del Museo de Berlín: mujer relegada por no haber conseguido un heredero varón; “La Gioconda”: envuelta en relatos de intrigas, enigmas y calificaciones ; o las “Majas de Goya”, cuando la provocativa desnuda lleva a Goya frente a la Inquisición para interrogarlo y pedirle explicaciones por lo “obsceno y pecaminoso” de ese cuadro, para ser finalmente prohibida su exposición pública; o “El Matrimonio Arnolfini” de Jan Van Eyck donde se muestra la figura predominante del hombre y la sumisa de la mujer , en lo que parece ser una ceremonia nupcial; con varios símbolos de lealtad, fidelidad y fecundidad a su alrededor y remarcando, aunque no está embarazada, su deseo de estarlo subiéndose las ropas al vientre.
Venus de Willendorf
Y no olvidemos que fue mujer la primera representación femenina allá por el paleolítico superior, las llamadas “Venus”, como La Venus de Willendorf, 30.000 años antes de Cristo, llamada así por el lugar donde se encontró, a la vera del Danubio, esculturas que se piensa fueron representaciones de deidades de la fertilidad o representaciones de la madre tierra, fueron hechas en gran cantidad y han sido encontradas en zonas muy distantes entre sí, en todos los continentes! Pequeñas figuras femeninas, desnudas y con exagerados atributos femeninos que sugieren aptitudes maternales.
Y si analizamos la Historia del Arte serán muy pocos los ejemplos de mujeres artistas que nos fueron revelados, más bien podríamos afirmar que nos fueron negados, porque es el Hombre quien legitima el conocimiento, porque escribió la Historia y los llamó Genios, muestra de ello son las grandes obras del Arte como “Historia del Arte” de H.W. Janson o los tomos escritos por Arnold Hauser llamados “Historia Social de la Literatura y el Arte”, dónde son muy pocas las mujeres que se nombran, y allí quedamos relegadas con suerte a un pequeño pie de página.
Pero fueron mujeres también las que se atrevieron, en nuestro país como en otros, a desafiar la historia, a reescribirla, las que supieron interpretarnos, las que desde sus adentros se expusieron defendiendo lo establecido, las que pretendieron cambiar el relato. Y fueron Sujeto, desterrando a “el Genio”, que para la historia oficial, era sólo “Hombre, Dueño y Conocimiento”, aquí nuestro homenaje. Hoy Mujer somos la dicha que falta, un camino transcurrido y una historia sin pie de página para sembrar.
Su verdadero nombre fue Dolores Mora de la Vega, nació en El Tala, Departamento La Candelaria (Salta) el 17 de Noviembre de 1866. Desde los veinte años pudo estudiar bellas artes en la provincia de Tucumán, de la mano del pintor italiano Santiago Falcucci. Fue becada por el gobierno argentino para estudiar en Italia, a su regreso por su virtuosismo en el cincelado del mármol y el granito, se le encargó la realización de varias obras públicas.
Las Nereidas
Es así que desplegará todo su conocimiento y habilidad en la realización de la Monumental Fuente de las Nereidas, será su obra más relevante realizada en 1903 por encargo de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires. Pero la sociedad de moral victoriana, considerará lujuriosas y depravadas las esculturas que mostraban sin reparo el nacimiento de Venus, rodeada de cuerpos desnudos emergiendo de las aguas. Pronto sería un estorbo para la mirada de esa sociedad pacata que indudablemente no tolerará su obra ni su condición de mujer ni su actitud desprejuiciada. Lejos de la mirada de los honestos ciudadanos y de la Liga de Madres, ese fue el veredicto. Es por ello que hoy la encontramos emplazada en la Costanera Sur. Desde esa época comenzó a padecer una suerte de destierro, fue excluida y olvidada aunque pudiendo irse de su país prefirió quedarse en su tierra. Son de relevancia también, la escultura de la Independencia ubicada en San Miguel de Tucumán, o el conjunto de estatuas llamado Paz, Justicia, Libertad, Progreso planteadas para el edificio del Congreso Nacional en la ciudad de Buenos Aires y luego ubicadas en la ciudad de San Salvador de Jujuy o el conjunto de esculturas realizado para el Monumento Nacional a la Bandera, proyecto ganado por ella y luego abandonado, en la ciudad de Rosario. Lola Mora abandonaría sus trabajos y viviría aislada y en la pobreza hasta su muerte el 7 de Junio de 1936.
Pintora y grabadora argentina, precursora de las artes plásticas femeninas en Latinoamérica.Participó activamente en la transformación modernista junto a Norah Borges, Pettoruti y Xul Solar. Desde 1929 a 1931 asistió a los cursos de Othon Friesz en la Academia Escandinava de París. Es allí donde logra percibir las tensiones de lo que luego originaría la Guerra Civil Española. Ese clima la atormenta y angustia. “Yo comencé a pintar realmente, cuando estalló la guerra en España. La tragedia material y espiritual comenzó en España para desparramarse luego por el mundo“, palabras dichas al crítico Córdova Iturburu, en 1944. Sin duda, como a Berni la vida le muestra una realidad cada vez más conflictiva, y no puede sustraerse de ello. Se compromete con su época reflejando en sus pinturas neofigurativas todo el dolor y la tragedia de la guerra.
Mujeres del mundo
Con “Mujeres del Mundo” (1938) se inicia la Serie de España. Con esta Serie comienza la época de sus pinturas dramáticas: La figura central es América, inclinada a la Tierra. América es paz. Detrás están China y España en plena angustia. A los costados, una madre que parecería acunar a su hijo muerto y una esposa que trabaja después de haber perdido a su marido en la guerra, y como fondo, la aldea bombardeada. Desde 1936 estuvo casada con el escultor Alfredo Bigatti, a quien dedicó a su muerte un verdadero mural: “El viaje sin retorno” (1965). Más tarde evolucionó hacia un simbolismo de influencia expresionista. A partir de 1957 desarrollará una intensa actividad entre Europa y América, exponiendo en las principales galerías y museos. En su Casa Museo-taller, funciona actualmente la fundación Forner-Bigatti. La temática constante de su obra será el hombre y los acontecimientos de su tiempo, utilizando simbologías que mostrarán: la angustia, la desesperación y la esperanza.
Una palabra, Mujer, una historia para completar, desde todos los confines, justamente un ser, y un sujeto que se plantó y definió ese camino, trazado por la Modernidad que habló de un único Sujeto, para convertirla en objeto, porque la definición era “Genio, Hombre, Dueño y Conocimiento”. Y ahí quedaron sus designios, una mujer para procrear, para cuidar lo doméstico, para la oscuridad, para ser “el otro”, para secundar, para abordar sólo lo pequeño, con un limitado acceso a la educación y casi ninguna participación en lo político o en lo económico y mucho menos dentro del campo de lo artístico.
El Matrimonio Arnolfini
Como objeto, ¡sólo mandatos! Historias relevantes tejieron infortunios, ocultamientos y enredos, es en este sentido que representaciones femeninas son expuestas en los mejores museos del mundo, como el “Busto de la Reina Nefertiti” del Museo de Berlín: mujer relegada por no haber conseguido un heredero varón; “La Gioconda”: envuelta en relatos de intrigas, enigmas y calificaciones ; o las “Majas de Goya”, cuando la provocativa desnuda lleva a Goya frente a la Inquisición para interrogarlo y pedirle explicaciones por lo “obsceno y pecaminoso” de ese cuadro, para ser finalmente prohibida su exposición pública; o “El Matrimonio Arnolfini” de Jan Van Eyck donde se muestra la figura predominante del hombre y la sumisa de la mujer , en lo que parece ser una ceremonia nupcial; con varios símbolos de lealtad, fidelidad y fecundidad a su alrededor y remarcando, aunque no está embarazada, su deseo de estarlo subiéndose las ropas al vientre.
Venus de Willendorf
Y no olvidemos que fue mujer la primera representación femenina allá por el paleolítico superior, las llamadas “Venus”, como La Venus de Willendorf, 30.000 años antes de Cristo, llamada así por el lugar donde se encontró, a la vera del Danubio, esculturas que se piensa fueron representaciones de deidades de la fertilidad o representaciones de la madre tierra, fueron hechas en gran cantidad y han sido encontradas en zonas muy distantes entre sí, en todos los continentes! Pequeñas figuras femeninas, desnudas y con exagerados atributos femeninos que sugieren aptitudes maternales.
Y si analizamos la Historia del Arte serán muy pocos los ejemplos de mujeres artistas que nos fueron revelados, más bien podríamos afirmar que nos fueron negados, porque es el Hombre quien legitima el conocimiento, porque escribió la Historia y los llamó Genios, muestra de ello son las grandes obras del Arte como “Historia del Arte” de H.W. Janson o los tomos escritos por Arnold Hauser llamados “Historia Social de la Literatura y el Arte”, dónde son muy pocas las mujeres que se nombran, y allí quedamos relegadas con suerte a un pequeño pie de página.
Pero fueron mujeres también las que se atrevieron, en nuestro país como en otros, a desafiar la historia, a reescribirla, las que supieron interpretarnos, las que desde sus adentros se expusieron defendiendo lo establecido, las que pretendieron cambiar el relato. Y fueron Sujeto, desterrando a “el Genio”, que para la historia oficial, era sólo “Hombre, Dueño y Conocimiento”, aquí nuestro homenaje. Hoy Mujer somos la dicha que falta, un camino transcurrido y una historia sin pie de página para sembrar.
Lola Mora (1866-1936)
Su verdadero nombre fue Dolores Mora de la Vega, nació en El Tala, Departamento La Candelaria (Salta) el 17 de Noviembre de 1866. Desde los veinte años pudo estudiar bellas artes en la provincia de Tucumán, de la mano del pintor italiano Santiago Falcucci. Fue becada por el gobierno argentino para estudiar en Italia, a su regreso por su virtuosismo en el cincelado del mármol y el granito, se le encargó la realización de varias obras públicas.
Las Nereidas
Es así que desplegará todo su conocimiento y habilidad en la realización de la Monumental Fuente de las Nereidas, será su obra más relevante realizada en 1903 por encargo de la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires. Pero la sociedad de moral victoriana, considerará lujuriosas y depravadas las esculturas que mostraban sin reparo el nacimiento de Venus, rodeada de cuerpos desnudos emergiendo de las aguas. Pronto sería un estorbo para la mirada de esa sociedad pacata que indudablemente no tolerará su obra ni su condición de mujer ni su actitud desprejuiciada. Lejos de la mirada de los honestos ciudadanos y de la Liga de Madres, ese fue el veredicto. Es por ello que hoy la encontramos emplazada en la Costanera Sur. Desde esa época comenzó a padecer una suerte de destierro, fue excluida y olvidada aunque pudiendo irse de su país prefirió quedarse en su tierra. Son de relevancia también, la escultura de la Independencia ubicada en San Miguel de Tucumán, o el conjunto de estatuas llamado Paz, Justicia, Libertad, Progreso planteadas para el edificio del Congreso Nacional en la ciudad de Buenos Aires y luego ubicadas en la ciudad de San Salvador de Jujuy o el conjunto de esculturas realizado para el Monumento Nacional a la Bandera, proyecto ganado por ella y luego abandonado, en la ciudad de Rosario. Lola Mora abandonaría sus trabajos y viviría aislada y en la pobreza hasta su muerte el 7 de Junio de 1936.
Raquel Forner (1902-1988)
Pintora y grabadora argentina, precursora de las artes plásticas femeninas en Latinoamérica.Participó activamente en la transformación modernista junto a Norah Borges, Pettoruti y Xul Solar. Desde 1929 a 1931 asistió a los cursos de Othon Friesz en la Academia Escandinava de París. Es allí donde logra percibir las tensiones de lo que luego originaría la Guerra Civil Española. Ese clima la atormenta y angustia. “Yo comencé a pintar realmente, cuando estalló la guerra en España. La tragedia material y espiritual comenzó en España para desparramarse luego por el mundo“, palabras dichas al crítico Córdova Iturburu, en 1944. Sin duda, como a Berni la vida le muestra una realidad cada vez más conflictiva, y no puede sustraerse de ello. Se compromete con su época reflejando en sus pinturas neofigurativas todo el dolor y la tragedia de la guerra.
Mujeres del mundo
Con “Mujeres del Mundo” (1938) se inicia la Serie de España. Con esta Serie comienza la época de sus pinturas dramáticas: La figura central es América, inclinada a la Tierra. América es paz. Detrás están China y España en plena angustia. A los costados, una madre que parecería acunar a su hijo muerto y una esposa que trabaja después de haber perdido a su marido en la guerra, y como fondo, la aldea bombardeada. Desde 1936 estuvo casada con el escultor Alfredo Bigatti, a quien dedicó a su muerte un verdadero mural: “El viaje sin retorno” (1965). Más tarde evolucionó hacia un simbolismo de influencia expresionista. A partir de 1957 desarrollará una intensa actividad entre Europa y América, exponiendo en las principales galerías y museos. En su Casa Museo-taller, funciona actualmente la fundación Forner-Bigatti. La temática constante de su obra será el hombre y los acontecimientos de su tiempo, utilizando simbologías que mostrarán: la angustia, la desesperación y la esperanza.
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