Desde mediados de los 70' y tal vez desde unos años antes, comenzó a circular insistentemente una mentira que actuó como caballo de troya del liberalismo económico para horadar la mente de los argentinos con relación al tamaño del estado y el montruoso gasto público. Estas ideas de época, falacias intencionales multiplicadas por los voceros del establishment, maduraron todas juntitas en la década infame de la rata, vale decir los 90' y fueron el producto del llamado Consenso de Washington. Costó bastante y costará revertir las consecuencias de tanta mentira instalada en el imaginario de la ciudadanía, y pienso que todavía necesitaremos vacunas para prevenir otra pandemia. Por eso, artículos con cifras tan contundentes, son tan importantes, en especial cuando las fuentes son muy fiables. La virtud del escrito es que compara los datos con otros países a los que se tiene por modelos virtuosos del liberalismo.
La nota fue publicada hoy domingo en Página 12 y su autor es Rubén Telechea, profe de la Univ. de Lomas de Zamora: "Para entender esta zoncera es necesario...
Primero veamos si el Estado argentino es tan grande como habitualmente se dice: según una investigación realizada por Roberto Navarro publicada en este diario, tomando como fuente de información la Comisión de Finanzas de la Unión Europea y la Cepal, en 2006 mientras que en Argentina el gasto público era el 19,3 por ciento del total del PBI, el de Francia representaba el 53,3, el de Italia el 50,1 y el de Estados Unidos el 34,5 por ciento. El gasto público en EE.UU. es proporcionalmente casi el doble del nuestro. Y con un PBI que es 50 veces más grande que el de Argentina.
Una vez aceptado que lo del tamaño del gasto no es real, es muy probable que aparezca un segundo planteo: el problema es la enorme cantidad de empleados públicos. Veamos también si esto es así: según el mismo informe en la administración pública nacional trabaja el 4,9 por ciento del total de la población. En Noruega el 16,7, en Canadá el 9,0, en Brasil el 7,8 por ciento. ¿Y en Estados Unidos?: en 2006 trabajaban en el sector público 35.510.000 personas, lo que representaba el 12,1 por ciento de los habitantes de ese país. Proporcionalmente bastante más del doble que en Argentina.
Por lo tanto, es una zoncera insistir con el tamaño del gasto público. Se podría debatir mucho acerca de la calidad del gasto (y con razón), pero muy poco acerca del tamaño del Estado. Surge entonces la pregunta acerca de cuál es el motivo que lleva a un coro de voceros de esa zoncera a querer imponer la idea de bajar el gasto público. Como mínimo hay dos razones: primero porque son los sectores más ricos o de mayores ingresos de la sociedad y por ello, los que pagan más impuestos. Por lo tanto cuanto más chico sea el gasto público, menores serán las cargas tributarias necesarias para cubrirlos. Pero además a ellos no les interesa que el Estado gaste en educación, salud o seguridad porque mandan a sus hijos a escuelas privadas, tienen una buena prepaga y vigilancia en su cuadra o en su propia casa. Por lo tanto, es una carambola a dos bandas: si el Estado es más chico pagan menos impuestos para algo que nos les interesa que brinde, simplemente porque no lo utilizan.
Así que aquellos que sí necesitan de estos servicios del Estado no sean zonzos: no repitan esta frase hecha que en realidad los perjudica notablemente".
1 comentarios:
se dicen tannnnnnnnnnntas tannnnnnnnnnnntas boludecesssssss
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