Una jaula dentro de las jaulas ...

“Hola. Soy Pedro Palomar. Soy ladrón, y antisocial por decisión. Así me defino, es la postura que adopté. Yo no golpeé primero. Sólo devolví golpe por golpe. No tengo de qué arrepentirme. Esta situación me costó más de treinta años de prisión. Pasé por casi todas las cárceles del país. Soy un ladrón con códigos; códigos muy estrictos. No me refugié jamás en filosofías humanistas, no me doblegaron las palizas, las picanas ni los submarinos. El sistema me pega desde que nací. Soy un marginal, pese a quien le pese. No depondré mis ideas, nada le debo a la sociedad, ella me debe a mí. Aun así, considero que estamos a mano. Tengo permiso moral para portarme mal, si es que lo preciso”, fragmento del libro testimonial “Mi Vida Como Ladrón”, de Pedro Palomar.EL MIEDO DE NO VOLVER

Por Pedro Palomar*

Mi amarga experiencia en el mundo de la marginalidad, me permite decir que el miedo mayor que hoy sufre nuestra sociedad, tiene su génesis en el seno de nuestra caduca clase dirigencial.
La inseguridad es promovida desde el poder cuando éste se corrompe, por lo tanto no tiene su origen en la marginalidad, al contrario, ésta es un producto del desorden moral de quienes tendrían que auspiciar nada más que el bien común.
Los hombres que deberían manejar los destinos de quienes confiaron en ellos, se empeñan en llevar toda el agua a sus propios cántaros, produciendo una sequía que paulatinamente socava posibilidades de desarrollo económico, educativo y de todo aquello que tenga que ver con la esperanza.
El resultado nefasto de este circuito tiene su finalización en las villas y barrios populares. Y aquí empieza otro ciclo, el festival mediático donde encuentran el campo propicio para sus perversas puestas en escenas, con que magistralmente deleitan al público. Es más fácil, debe ser el único momento en que la pobreza tiene glamour.
Lo que más me asombra, es ver algunos personajes que se desgarran las vestiduras ante el tema de la inseguridad y hasta exponen planes para combatirla. A veces tengo la impresión de no saben realmente que muchos de ellos son los agentes precursores del mal. Esta gente en vez de hacerme ver el futuro como una posibilidad abierta, me hacen presuponer una amenaza.
Una vez le pregunté a un viejo conocido qué era para él, la inseguridad. La repuesta me exime de cualquier comentario. Me dijo: mi inseguridad es no saber si voy a volver a mi casa, tengo miedo de que me maten. Casualmente, esa repuesta es la misma que escucho siempre entre la gente común. El miedo de no volver. Eso se llama disgregación social en su aspecto íntimo, la familia.
Aunque yo no tuve una, no me cuesta imaginar lo que siente una persona que teme perder contacto familiar, o sea, no es difícil discernir donde se nota más la inseguridad, en la célula primordial de la sociedad, el clan familiar.
Me pregunto ¿No estará allí la solución y el problema? La serpiente anida debajo de la cama
¿No será que el mal es el propio miedo? ¿No será que somos miedosos de todo miedo?
No somos un país tan subdesarrollado para creer que no somos capaces de depurar nuestro sistema, si lo tomamos como un desafío de coraje civil, estoy seguro que nos embarcaremos en la mas hermosa de las aventuras, la de reconocernos como seres humanos capaces de recuperar la dignidad de esta nación, con dirigentes idóneos.
La verdad no es tan abrumadora si nos permitimos abrevar en el río de la vida, pues éste tiene la virtud de tender a renovarse y eso significa vivir. Quiero dejar constancia que lamentablemente sé de lo que hablo. A lo largo de mi vida he visto y tratado con muchas personas que cobraban un jugoso sueldo por combatir la inseguridad, con tristes resultados. Creo sinceramente que fueron la causa por la cual pasé la mayor parte de mi vida marginado y no fue para mí un orgullo.
* Pedro Palomar es autor del libro: “Mi Vida Como Ladrón”, de editorial Planeta, que ya lo contrató para futuras publicaciones. Vivió en la calle desde los 7 años, fue ladrón y pasó más de 30 años preso.

0 comentarios:

Publicar un comentario

top