Gatas Floras

Se quejan, visionarios y responsables, de que el estado no hace nada frente al flagelo ambiental de la minería a cielo abierto. Y ante la putrefacción de la tierra por el monocultivo se callan, cómplices (como accionistas) de Monsanto.

Ante la pobreza, hacen extrañas asociaciones, sin lógica histórica, manifestando una exagerada sensibilidad por la desigualdad que existe entre los que más tienen y los que no tienen nada. Pero se alinean en lo discursivo y coinciden con los grupos concentrados de la economía que de ninguna manera pueden permitir que el estado regule al mercado.

Con la elementalidad característica de sus pensamientos, elevan el discurso de la no participación, convirtiéndose así en analfabetos políticos, jugando siempre para intereses ajenos, incluso contrapuestos a sus (falsas) sensibilidades. Pero esto nunca lo reconocerán, porque en su torpeza piensan que son libres.

El gran logro de la dominación ideológica imperialista: Hedonismo = Libertad.

Son como gatas floras. Les duele mas que talen un árbol a que exploten a un hombre.

Son como gatas floras. Discuten la política desde la moral y no desde las conquistas.

Piensan ingenuamente que la decadencia en Argentina es producto de la corrupción.

La corrupción es una actitud personal de un funcionario determinado.

La corrupción no es ningún proyecto.

En Argentina se instaló un proyecto, en 1976, profundizándose en los 90.

El proyecto que representa De Narváez, Macri, Duhalde, Carrió.

Pero como piensan que todo es producto de políticos corruptos, simpatizan con Carrió o con Solanas por su honestidad.

De repente les interesa el poder adquisitivo de los jubilados. Piden el 82% móvil y en paralelo, tienen un proyecto del lobby agrofinanciero: eliminar las retenciones.

Que inteligentes.

Después, ese charco revuelto de gente a la que nunca le interesó ni la política ni los glaciares ni los jubilados ni como viajan los laburantes en los trenes ni la desigualdad ni nada. Pero si alguno de estos temas sirve para pegarle al gobierno, come on.

Y está bien, es una animosidad conducida, no pueden sostener un argumento válido ante tres o cuatro intervenciones.¿Pero esto acaso los hace inocentes? No.

Piensan que la participación se limita al voto, y con eso alcanza. Que eso es la democracia y punto.Y conciben el voto como una expresión individual de la ideología personal, una expresión del pensamiento.En vez de pensarlo como una herramienta concreta en pos de una estrategia para ocupar lugares yavanzar en un proyecto.

Ellos piensan que se quejan, héroes, de lo residual y sucio de la política.

Y tienen razón: Se quejan de sí mismos.