Amigos lectores, en otras oportunidades ya me he referido respecto de lo que me genera la noticia de la muerte de una persona (ya sea literalmente conocida por mí o literalmente conocida por solo la admiración), y siempre sostengo que tardo bastante tiempo en reaccionar, y en admitir, que ese hecho ya es eterno. Por eso, interpreto, tendré las disculpas de todos ustedes por la tardanza de estas líneas. Ya todos saben del fallecimiento de la Negra Mercedes Sosa hace unas semanas; dicen que murió por un agravamiento de sus problemas físicos, pero en realidad, doña Mercedes empezó a expirar cuando se tuvo que ir del país exiliada durante la última dictadura militar. Ella misma contó que muchas veces intento y pensó en suicidarse por la tristeza que la abrumaba.


Usted se preguntará que tiene qué ver esta introducción con el título de la columna, y yo le diré que es porque yo también soy un exiliado, y por ende, entiendo lo que alguna vez sintió la fallecida cantante; ojo, yo no pienso en quitarme la vida, aunque varios estarían contentos. Le explico. Desde hace varios meses resido en Mar del Plata y no por gusto, y ante esta situación, conversando con mi amigo Osvaldo y su familia, coincidimos en lo difícil que fue y que es para todos los que tienen que dejar su lugar de origen, sentirse bien. Fue entonces que me puse a escribir, o a describir, mis estados de ánimos a tantos kilómetros de mi ciudad, que es el mismo sentimiento que tuvieron mis amigos, y los muchos que no conozco en la expatriación.

Son sentimientos muy encontrados los que me aquejan en estos últimos meses. No se definir con precisión nada de lo que me esta pasando, y lo que esta atravesando mi humanidad es mucho, aquí el detalle: cambios de ideas, cambios de lugares, cambios de ambientes, cambios de sentimientos, cambios de climas. Cambios completos, para justamente o extrañamente sentir que nada ha cambiado.

El exilio debe ser algo parecido a lo que estoy viviendo, no se compara con los ostracismos de los años setenta, pero si.
Aquellos debieron irse para que no los mataran. Yo tuve que irme más cerca y “¿por propia voluntad?”, pero no por miedo a que me desaparecieran. Si no por el miedo a mi auto desaparición, que es nada más y nada menos que lo que pasa, cuando uno no puede desarrollar ese MÍNIMO derecho que establece un librito llamado Constitución, que es el trabajo.

Pero el sentimiento de desarraigo, despojo de tu vida e identidad, tiene que ser el mismo. El exilio es eso, desarraigo y despojo de tu vida en tu lugar de origen. Ni más ni menos que eso. El destierro te hace extrañar por triplicado a tus afectos, y en la lejanía ese dolor se potencia y te estruja, y te desarma, y te mata casi, casi, de manera literal.

Lejos de tu tierra, extrañas a tu gente, a tus amigos, y los extrañas más porque sabes que con el transcurrir del tiempo, aunque la amistad no se pierda, perderá consistencia, perderá encuentros, fechas, cumpleaños, festejos, dolores y nacimientos entre otras cosas. Entonces, a la larga, las cosas en común serán menos; lo que repercutirá irremediablente contra el vínculo.
Por eso el dolor del desarraigo, porque, ¡la puta madre!, te saca todo.

Y si uno hila fino, también se da cuenta que no solo el desarraigo te saca tu vida, también están esos personajes llamados POLÍTICOS, esos seres despreciables a los que encima elegimos cada tanto. Esos si te sacan todo, hasta las ganas de votar te sacan, y eso, vaya paradoja, es lo que menos quieren, ya que de nuestros votos viven y se mantienen, y se perpetúan, y se reproducen. Pero eso de que se perpetúen no es algo que ellos se ganen solitos, o como recompensa de sus buenas gestiones, no, nada de eso.
Se perpetúan nada más y nada menos que por algo que en nuestro país, es tan viejo como la CORRUPCIÓN , y es la falta de MEMORIA. Y ese detalle que es grave, es el menos decisivo. Como si lo son el CONFORMISMO y la IGNORANCIA como para que todo nos de lo mismo ¿o no?

¡Qué no! Dice usted ¿entonces porque manifestamos expresiones como esta?: “¡y bue, yo voto a este, porque más vale malo conocido que bueno por conocer! Y en la misma conversación aducimos: “Pero que se vayan todos…que no quede ni uno solo” y sin inmutarnos en el mismo diálogo argüimos: “yo no se a quien votar, ma’ si, yo voto en blanco y listo”

Se da cuenta entonces; porque digo DESMEMORIADOS E IGNORANTES. DESMEMORIADOS, porque ellos nos roban y nosotros los seguimos ayudando a que lo hagan. Y digo IGNORANTES, porque pocos son los que se animan a ir contra el establihsment (en nuestra lengua, contra lo establecido), y se capacitan y estudian, aunque sea solo y en una biblioteca.

Entonces los políticos se llenan los bolsillos, se apropian de media Patagonia y construyen megas hoteles, con fondos de los jubilados les dan préstamos a sus amigos para que compren más MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

Entonces recibimos cero salud, cero educación ¿y sabe porque? Para que las generaciones venideras sean tan IGNORANTES como nosotros y nadie se atreva a pelearles un puesto en el Congreso, Municipio, o donde sea. Así es como nos atan y domestican esos señores y señoras de apellidos K, o de la letra que quiera, ejemplos tenemos de sobra.

Y eso también es desarraigo, es exilio, es despojo, es expatriación, es ostracismo, o como quiera llamarlo ¿o no?

Por eso, en estos días de grandes movimientos en mi vida es que me animo a comparar mis problemas, mis dolores y mis sentimientos, con los que vivieron los exiliados políticos como la Negra Sosa.

Porque encima, en este país, todos los políticos prometen cambios completos, para justamente o extrañamente todos sintamos que nada va a cambiar. Y yo, así como sintió doña Mercedes, voy a seguir acá, en el exilio, extrañando horrores y sucumbiendo, expirando, feneciendo, pereciendo, o sea, muriéndome de a poco…igual que muchos argentinos.


Hugo Rodríguez

7 comentarios:

lunaroja dijo...

Soy exiliada.
Me fui de mi país en el año 83, casada con un español,con el que había formado mi familia en Buenos Aires, y con proyectos de quedarnos allí.
No me voy a extender en los motivos que nos llevaron a volver a la patria de mi marido ( aún en contra de mi deseo,pero,no pude,no supe,no decidí...)pero,el caso es que nos vinimos los dos,con 25 y 26 años,y un bebé de 3 meses.

LO que comenta Hugo Rodríguez sobre lo que es vivir "una cultura diferente " es tal cual,lo describe...
Te invade el dolor,es algo que te desborda, la nostalgia te ahoga,y la necesidad de salir adelante te supera.

Hoy,me siento absolutamente integrada en esta pequeña isla,tan yerma,tan estéril,que sin embargo me acogió como a una hija más...
Me peleé con el sitio durante años...enarbolé la lanza de no sé que luchas estúpidas,solo por el hecho de seguir regodeándome en el dolor...
Y un día..
un día,sentada en un bosque,desde donde podía divisar en un mar de nubes,la costa de mi isla,y enfrente,a isla vecina,con su Pico Teide,cubierto de nieve...el sol que me deslumbraba,el verde,del bosque donde estábamos todos sentados...
Y me invadió una sensación poderosa de comunión...sentí que por fin aceptaba,dejaba de luchar,me entregaba a ella.

Ese día,aprendí,que la tierra,es la que te permite desarrollarte como persona,no la que te corta las alas,la que te cercena la vida,la que lo único que te hace es permitirte sobrevivir.

Hoy lo puedo manifestar sin acritud,pero,el dolor fue mucho y lacerante.
Mi país me dio la espalda, esa es la única verdad que sigo sosteniendo hoy día.
Los que se van,sufren el desarraigo feroz,aunque vayan a un pais con la misma lengua...y los que se quedan viven en la angustia de no saber,qué vendrá.

Yo hoy,con media vida transcurrida en Argentina,y la otra mitad aquí en Las palmas de Gran canaria,me siento,querida,aceptada,y aquí seguro que me quedaré, mis hijos aman mi otra tierra, conocen mis orígenes, y yo volveré cada tanto a respirar "mi olor" ese olor que tengo guardado,para siempre dentro de mi corazón...
Pero mi presente está aquí.

Miguel Martín dijo...

Vos sabés, Alejandra, que subí esta nota, intuyendo que ibas a emitir una opinión al respecto.
Hoy mismo, hace 1 hora, estuve tomando unos mates con mis dos hijos adolescentes, (el mayor de 20 años, está en 2º año de Ingeniería en Alimentos, y la menor de 17, terminando la secundaria, y preparando el ingreso para Ciencias Económicas), y hablando de cómo cambiamos éste desastre que nos han generado principalmente, los políticos de turno, (votados por la gente), para que ellos, cuando se reciban, si Dios y su esfuerzo así lo quieren, no se tengan que ir del país, para vivir de su profesión, lo cual a mi señora y a mí, realmente ya nos tiene un poco angustiados.

Helvia Catena dijo...

yo estoy agarrada con uñas y dientes a mi país, sigo y seguiré
aquí, es una suprema decisión.
Aunque no vea cambios, en mi manzana, trataré de ayudar, con mis
defectos y mis virtudes.
Mi padre se autoexilio de la Argentina, y tambien de su familia y
le respetamos plenamente la decisión. Las ausencias son grandes...y las distancias también.

lunaroja dijo...

Bueno,ya veo que me van conociendo.
Obviamente,que todas las posturas son mucho más que respetables,cada uno responde a sus circunstancias,aunque a veces te empujen otras situaciones a tomar decisiones.

Yo personalmente hice un inmenso laburo interno, cuando digo inmenso,créanlo,porque fue así, de meterme,bucearme,encontrarme y perderme,hay un enorme paréntesis,en el que de alguna forma ahora me doy cuenta de que renací en ese espacio casi letárgico.

Tengo en cuenta,clarísimamente que fue "mi" proceso.
Cuando me fui,recibí de todo menos ánimos...
que huía,que no afrontaba,que era culpable del dolor de todos los que quedaban,vacío,etc..etc...
Que en vez de quedarme a remarla me rajaba..no quiero meterme en ese menjunje de malos rollos,porque ya está.

Por eso aprendí,que cada uno resuelve y toma decisiones según pueda,(a veces mucho más que deseándolo),y es mi historia,personal,intransferible.
Los afectos que quedaron cada vez fueron menos.
Yo me fui pensando que todos me recordarían como yo los recordaba,nítidamente,amorosamente, y de a poco fueron quedando casi todos en el camino porque escribir cuesta,no había internet..etc...etc...

Bueno,en realidad no sé porqué digo todo esto! jaja..
Quizás aún persista mi afán de justificarme.

Pero la historia se repite,y supongo que se cerrará otro círculo de amor, mi hijo mayor,el que nació allá,está enamorado de una chica argentina,y quizás entonces,la historia se de vuelta no?

Anónimo dijo...

Soy un partidario del pensamiento de que mi tierra es el mundo. Lo importante es fomentar un cambio en el lugar que estemos. Si uno necesita por razones económicas y/o sentimentales alejarse de su país natal no lo veo tan mal. Este es el sistema que nos toca, y hoy es así acá, mañana en España, y quien sabe en un futuro.

"... y hablando de como cambiamos este desastre que nos han generado principalmente los politicos de turno (votados por la gente), para que ellos, cuando se reciban, si Dios y su esfuerzo así lo quieren..."

las causas de este "desastre" vienen de mucho más arriba y desde hace mucho tiempo, recién ahora se está revirtiendo esa situación con todo el sacrificio que eso representa es nuestro país. Un país que durante décadas se desarmó no se rearma en 6 años!!

Helvia Catena dijo...

Luna Roja, yo creo que cada uno elige su lugar de residencia, de conectarse, de multiplicarse,
y me parece bien. Cada persona es libre de vivir donde quiere o donde
puede crecer y sentirse bien.
Está bueno que las personas puedan tomar decisiones y "ser" creo en eso. Muchas veces las circunstancias empujan, y muchas veces empujamos a las circunstancias. No tengo deseo de vivir en otro país, quizás algún día
las circunstancias me empujen, quizás, no. Y festejo que te hayan recibido bien en esa tierra. Y QUE HOY VIVAS FELIZ.

lunaroja dijo...

Exactamente Helvia..es tal cual..tal vez se interpretó de manera equivocada lo escrito por mí (tamizado por un sinfín de sensaciones)
Yo intenté aclarar que todo lo expuesto es desde mi experiencia, ni critico,ni juzgo,es como decís vos,la elección única y personal,generada por las circunstancias o los deseos.
Y uno tiene que tener sus fronteras internas abiertas,siempre.

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