Por Néstor Sappietro
(APe).- “Un niño aborigen, del cual no trascendió su identidad, murió por desnutrición en la provincia de Misiones”.
Para ser más precisos habría que decir:
Otro niño aborigen murió por desnutrición.
Murió de hambre... Murió de abandono.
La información contiene, además, un dato que no es menor.
El pibe vivía en el departamento de San Ignacio, en el peñón del Teyú Cuaré, uno de los sitios turísticos más visitados de la región.
El Parque provincial Teyú Cuaré es un área natural protegida por ley.
Tomando en cuenta la noticia que llega desde el lugar, parece que no hay ley que ampare a los pibes que se mueren de hambre en el peñón.
Teyú Cuaré, en el mismo lugar que sirvió de inspiración al escritor Horacio Quiroga que poseía una casa en las inmediaciones.
Seguramente, estas historias de la desidia, hubieran sugerido al escritor nuevos relatos de amor, de locura y de muerte...
Sólo habría tenido que reemplazar amor por olvido.
El gobernador de Misiones, Maurice Closs, realiza millonarias promociones de las Cataratas, justo en el preciso lugar donde su familia tiene numerosas inversiones y hasta un hotel de lujo ubicado estratégicamente.
Además, hace algo más de un mes, el mismo Maurice Closs, quedó envuelto en un escándalo al ser acusado de otorgar un millón de pesos en subsidio a una ONG fantasma denominada “Proyecto Joven”... Según relata la información, “el subsidio fue autorizado semanas antes de las elecciones.En el decreto figura la dirección de la organización, pero en el lugar funciona una tapicería y sus dueños no saben absolutamente nada de la ONG”.
Teyú Cuaré, el turismo y la orfandad conviviendo en un mismo sitio.
Teyú Cuaré, que en guaraní significa Cueva del Lagarto y tiene su propia leyenda.
La creencia generalizada entre los naturales de la selva asegura que allí vivió en tiempos pasados un lagarto gigantesco que usaba la cueva como vivienda y provocaba el naufragio de las embarcaciones que osaban inquietarlo.
La ira del gran lagarto sólo se aplacaba con sacrificios humanos.
Pescadores y navegantes del Paraná desaparecían sin que nadie pudiera explicarlo.
Cuentan los ancianos que el Teyú hace mucho que no aparece...
Con el debido respeto que a uno le merecen las creencias populares, no nos animaríamos a afirmar que el Teyú haya desaparecido... Podríamos sospechar que el gran lagarto, con los años, ha cambiado su forma y sus costumbres.
Se podría decir que ha tomado cualidades humanas y que ya no vive en una cueva.
También se podría asegurar que ya no lo enfurecen los navegantes.
Y que en este tiempo transformó su ira en indiferencia, la más cruel de las indiferencias...
La brutal indiferencia que deja que los pibes del peñón del Teyú Cuaré se nos mueran de hambre en uno de los lugares turísticos más promocionados de nuestra geografía.
Allí, en Teyú Cuaré, donde el turismo y la orfandad conviven en un mismo sitio.
Fuentes de datos:
Diarios La Voz de Misiones 02-06-09 /
Primera Edición de Misiones 15-07-09 y Misiones al Día 27-07-09
2 comentarios:
como rescatarnos del mal de la indiferencia?
preguntale al "coordinador"de la escuela.
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