Deseos.












El pescador y la botella mágica


Un pescador encontró entre sus redes
una botella de cobre con el tapón de plomo.
Parecía muy antigua. Al abrirla salió
de repente un genio maravilloso
que una vez liberado le dijo al pescador:


-Te concedo tres deseos por haberme
sacado de mi encierro.
¿Cuál es tu primer deseo?

-Me gustaría que me hicieras
lo bastante inteligente y claro
como para hacer una elección perfecta
de los otros dos deseos -dijo el pescador.


-Hecho -dijo el genio-, y ahora,
¿cuáles son tus otros dos deseos?

El pescador reflexionó un momento y dijo:

Muchas gracias, no tengo más deseos.

3 comentarios:

Miguel Martín dijo...

Por que será que la mayoría, instintivamente, en un primer pensamiento pedimos salud, amor y dinero ...?

Anónimo dijo...

Gracias!!!

Helvia Catena dijo...

yo, me sorprendo muchas veces sin deseos, me cuesta pedir un deseo...
quizás esté feliz?

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