"todos los argentinos nos preguntemos cómo estábamos en 2003 y cómo estamos ahora" antes de descalificar a los adversarios. Más adelante reclamó redoblar los esfuerzos para que los beneficios del modelo vigente les lleguen a todos.
Atribuyó tales objetivos a "decisiones concientes: no fue magia ni buena voluntad, fueron decisiones muchas veces resistidas por el establishment pero que con el tiempo demostraron ser acertadas". En respuesta a una consigna de la tribuna, la Presidenta exhortó a "ser más inteligentes, más democráticos y más tolerantes que la oposición". Y volvió a reivindicar la actividad política, sin agravios, "y eso exige que la joven militancia no sea traicionada por la clase política: debemos predicar con el ejemplo, abrir nuestro corazón para que las políticas de inclusión sean políticas de Estado".
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