La Asamblea de Movimientos Sociales convocó el 20 de marzo movilizaciones en todo el mundo en solidaridad con los pueblos de Túnez, Egipto, del mundo árabe y el Sahara Occidental. En su declaración final el FSM exhorta a brindar apoyo a las naciones africanas que luchan por la democracia, como Costa de Marfil, y reitera el rechazo al capitalismo, el respeto por la Madre Tierra, la defensa de la soberanía alimentaria y los derechos de la mujer.
"Afirmamos nuestro apoyo y solidaridad activa a los pueblos de Túnez y Egipto y del mundo árabe que se levantan hoy para reivindicar una real democracia y construir poder popular. Con sus luchas, muestran el camino a otro mundo, libre de la opresión y de la explotación", afirma la declaración. "Inspirados en las luchas de los pueblos de Túnez y Egipto llamamos a que el 20 de marzo sea un día mundial de solidaridad con el levantamiento del pueblo árabe y africano, que en sus conquistas contribuyen a las luchas de todos los pueblos: la resistencia del pueblo palestino y saharaui".
La convocatoria llama también a apoyar "las movilizaciones europeas, asiáticas y africanas contra la deuda y el ajuste estructural y todos los procesos de cambio que se construyen en América latina". La Asamblea denuncia que "las potencias imperialistas utilizan las bases militares para fomentar conflictos, controlar y saquear los recursos naturales y promover iniciativas aantidemocráticas, como hicieron con el golpe de Estado en Honduras y con la ocupación militar en Haití". Añade que esas potencias "promueven guerras y conflictos como los de Afganistán, Irak, la República Democrática del Congo y varios otros países".El Foro convoca además a que el 12 de octubre se realice acción global contra toda forma de capitalismo que, según afirma, es un "sistema que destruye todo a su paso". La Asamblea Social denuncia el rol de los agentes del sistema, como los bancos y las trasnacionales, "que, en busca del máximo lucro, mantienen con diversos rostros su política intervencionista a través de guerras, ocupaciones militares, supuestas misiones de ayuda humanitaria, creación de bases militares, saqueos".
La declaración, consensuada por las 1200 organizaciones de más de 100 países participantes, continúa afirmando que "el capitalismo destruye la vida cotidiana de la gente" y que "los pueblos no debemos seguir pagando por esta crisis sistémica". La Asamblea de Movimientos Sociales resalta "la necesidad de construir una estrategia común de lucha contra el capitalismo" y contra las trasnacionales como promotores de la guerra, y afirma que su lucha es también contra la OTAN y las armas nucleares. Acusa a las empresas trasnacionales de acaparar tierras y desarrollar alimentos transgénicos "que nos quitan a los pueblos el derecho a la alimentación y eliminan la biodiversidad".
"Seguimos movilizándonos por la cancelación incondicional de la deuda pública de todos los países del Sur", señala la declaración, en la que se acusa a los países del Norte de utilizar la deuda "para imponer a los pueblos políticas injustas y antisociales". Asimismo, llama a una movilización masiva "durante las reuniones del G8 y G20 para decir no a las políticas que nos tratan como mercancías".
El manifiesto pide movilizaciones en todo el mundo de rechazo de la violencia contra la mujer que, según afirma, "es ejercida con regularidad en los territorios ocupados militarmente", pero también cuando las mujeres "son criminalizadas por participar activamente en las luchas sociales", y defiende la "diversidad sexual".
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