La necesidad de los otros

Uno es según con quien está, respondemos al mundo según quien nos rodea, el otro de alguna forma me predispone a ser como soy.
Si nos sentimos atacados estaremos a la defensiva, si nos sentimos oprimidos la libertad será nuestro único objetivo. Es según como son los otros que nosotros decidimos como ser, aunque esa decisión muchas veces sea mas mecánica que intencional.

La existencia de los otros ayuda la autoafirmación. Nos permite ubicarnos y nos da algún tipo de referencia.
De la misma forma podría analizarse a los grupos de individuos, clubes sociedades intermedias e incluso naciones. Que seria de un equipo deportivo sin su adversario?
Una nación también dependerá de la situación en que se encuentre con otras naciones, evidentemente la Argentina no sería la misma sin la existencia de la Venezuela de Chávez, el Brasil de Lula o la Bolivia de Evo.
Remontándonos al pasado, que hubiera sido de Europa sin la Unión Soviética? Como habría actuado EEUU sin el comunismo mundial?
Vuelvo al principio, somos en gran medida resultado de la relación con los otros y si esos otros son distintos nosotros seguramente seremos muy diferentes.
Es posible un mundo sin los otros? Seguramente que no en este tipo de sistema de relaciones que vivimos, los otros pueden cambiar pero no desaparecer. Ya el cambio de los otros afecta en la forma en que existo
Podríamos decir que muchas de nuestras convicciones, intenciones e ideas son gracias a la existencia de los otros.
Dentro de este planteo nos equivocamos cuando alabamos al líder ocasional, creyendo que solo él es el responsable de tal o cual política, el líder es parte de un conjunto, pero además la existencia de “otros conjuntos” diferentes son también responsables de generar tal o cual política.
Si entendemos esto profundamente veremos la necesidad de la existencia de los otros, sin los cuales nosotros no existiríamos. Veremos la importancia que exista la voz de los otros aunque lo que digan algunas veces nos resulte molesto. Veremos a los otros ya no como “enemigos a destruir”, sino como eventuales adversarios a convencer.
Porque además esta influencia que notamos de los otros es bidireccional, Nosotros también afectamos a ellos. Y si nuestra intención es que ellos cambien, nada mas simple que cambiar nosotros. Pero de qué tipo de cambio estamos hablando? Evidentemente no de ideales, pero si de actitudes o procedimientos.
Es muy común caer en lo que se critica, discriminando al discriminador, violentando al violento o marginado al intolerante.
Como principio no deberíamos aceptar que una acción es buena o mala según el bando desde donde proceda. La discriminación, como la intolerancia y la violencia no son buenas indiferentemente desde donde procedan.
Además veremos que muchas veces que aunque las intenciones de los otros no sean las mejores, sus ideas si pueden serlas y que es una tontería despreciar una buena idea solo por el hecho de que fue generada por los otros.